miércoles, 7 de diciembre de 2016

Tu ejemplo, el mejor maestro en la educación de tu peque

Aunque no lo creas, el comportamiento de los padres está relacionado directamente en el de los niños. El ejemplo que reciben en casa tiene más impacto que las palabras en la educación, es por ello necesario hacer un autoanálisis para saber qué imagen estás reflejando en tus hijos.

 

En cuestión de valores, el ejemplo puede considerarse la herramienta más importante para su formación. La especialista en educación y fundadora de Servicios Educativos para el Desarrollo Infantil (SEDI), Patricia de la Fuente, menciona que es necesario observar con conciencia el comportamiento propio y posteriormente, considerar paulatinos cambios en la forma de actuar. Entre las recomendaciones que la experta comenta son:

1.    Identifica tu comportamiento y analiza algunas situaciones: ¿con qué frecuencia aprovechas las oportunidades para ser amable y amigable con los demás? Por ejemplo, si observas que alguien necesita ayuda, ¿ofreces apoyo de forma espontánea o sigues de largo por falta de interés?

2.    Si tienes aspectos que aún tienes que superar, entrénate para ser más espontánea, a ser sensible y a detectar o anticipar una necesidad; a ser proactiva para ayudar de inmediato, aún sin ser requerida. Todo esto será observado por tu peque.

3.    Aunque el ritmo de vida es cada vez más complejo, más demandante y nos orilla a hacer todo en automático, haz un esfuerzo para tener siempre presente que ser atentos y considerados es mejor que pasar primero o gritar más fuerte.

4.    Hechos tan simples como saludar y dar las gracias podrían ser incorporados poco a poco en tu forma de ser y al mismo tiempo esto se verá reflejado en los hábitos de tus hijos. Para todos los padres es una gran satisfacción darnos cuenta cuando ellos ya incorporaron este vocabulario como parte natural de sus interacciones con los demás.

5.    No los critiques cuando se les olvidan los gestos de amabilidad que les has inculcado. Debes ser siempre amables con ellos y señalarles que la buena educación requiere práctica, repetición, buenos modelos y tiempo.

6.    Cuando preguntes a tu hijo cómo le fue en la escuela, dale oportunidad y tiempo de contestar para formular sus opiniones; apóyalo con pequeños cuestionamientos para facilitar la conversación. Escúchalo y, si es posible, acércate, ponte a su altura y velo a los ojos. Dale tu atención en un 100 por ciento. Habla con un tono de voz que refleje tu interés, tranquilidad y paciencia.

Los hijos son una oportunidad para crecer y mejorar como personas. Con pequeños cambios que incorpores a tu rutina, podrás incorporar hábitos saludables que ayudarán a una mejor convivencia con tus hijos, pero, sobre todo, servirán para ser tomados como ejemplos de comportamiento y actitud que se verán reflejados en su educación.

 




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