martes, 27 de diciembre de 2016

Quemaduras, los accidentes más comunes en fiestas decembrinas

De acuerdo con el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, en estas épocas se registra hasta un 30% de incremento en colisiones de tránsito. Pero otro de los problemas más comunes y con alta incidencia en estas fechas se lleva a cabo al interior del hogar dado que se desarrollan una gran cantidad de actividades en las que participan niños y adultos mayores que, en muchas ocasiones, se exponen a accidentes por quemaduras. “Las principales que se producen en los menores son por parrillas eléctricas que generan calor, derrames de leche o agua caliente, y también por el manejo inapropiado de fuegos artificiales como los cohetes, que pueden explotar al friccionarse en los bolsillos”, explica Concepción García, enfermera clínica y especialista en heridas de BSN medical.

Los adultos mayores también son más propensos a una quemadura al realizar algún trabajo doméstico como, por ejemplo, adornar el árbol de Navidad con una serie “parchada”, lo cual incrementa el riesgo de corto circuito, o simplemente al intentar combatir el frío. “No podemos olvidar que en esta temporada, muchas de estas personas pierden la capacidad de regular su temperatura corporal, por lo que a veces ellos mismos, o sus familiares, los exponen a focos o bolsas con agua hirviendo que colocan encima o muy cerca de su piel. Ésta al ser muy delgada, puede presentar una quemadura de segundo grado”, detalla.

 

¿Qué hacer frente a una quemadura?

 

Aunque puede resultar angustiante vivir una situación de quemadura con niños y adultos mayores, siempre hay que saber cómo proceder para su tratamiento. Concepción García recomienda cuatro acciones básicas:

1.       Conocer las causas que la ocasionaron: Saber cuál fue la fuente que provocó la quemadura, ya sea agua, alimentos calientes, o cables eléctricos en mal estado, entre otros; ayudará a que el niño o adulto mayor pueda recibir los cuidados adecuados en el centro de salud de emergencia.

2.       Detectar daños visibles: No hay que perder la calma y revisar el estado del accidentado. Es decir, detectar si pierde la conciencia o si está desorientado, además de verificar el tamaño y aspecto de la herida. En caso que se haya presentado una quemadura por electricidad hay que revisar los puntos de entrada y salida de la corriente.

3.       Lavar y proteger la herida y piel circundante: Es importante colocar apósitos con cremas lubricantes, como vaselinas, para evitar que el tejido se continúe irritando. En caso que la herida esté húmeda, se puede colocar un apósito estéril que mantenga la condición de hidratación más idónea y favorezca la cicatrización.

4.       Acudir al centro de salud más cercano: Aun cuando no haya pérdida de conciencia, es importante que el accidentado sea revisado por un especialista quien podrá determinar cuán severa es la quemadura y los tratamientos idóneos.

Aunque los accidentes no pueden preverse, la especialista recomienda contar con un pequeño botiquín básico en el hogar, el auto, o la bolsa que contenga una pastilla de jabón neutro, gel antibacterial o toallitas individuales alcoholadas, apósitos de tres tamaños con almohadillas no adherentes e hipoalergénicas, y algodón. Siempre hay que tomar en cuenta la fecha de caducidad de los productos y mantenerlos en un lugar fresco, limpio, y alejado de la humedad y los rayos del sol.

 




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