La intolerancia se debe a la falta de producción de lactasa por parte del organismo, la enzima encargada de digerir la lactosa, ocasionando que la lactosa se queda en el intestino provocando malestares.
Los síntomas ocurren entre 30 minutos y 2 horas después de haber ingerido productos lácteos y las señales más comunes son:
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Diarrea
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Inflamación estomacal
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Cólicos alrededor del intestino
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Gases
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Náuseas o vómitos frecuentes
Para un diagnóstico correcto, el pediatra te mandará hacer un examen de tolerancia a la lactosa y tendrás que eliminar todos los lácteos de su dieta o mantenerlos bien observados cuando comen algún derivado de la leche y estar atenta a cómo reacciona.
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