Desde hace tiempo, sacar a los bebés con gorrito por primera vez del hospital o cada que tiene que salir, en los primeros días, era común y frecuentemente usado. El objetivo, mantenerlo caliente y evitar la hipotermia.
Para evaluar si había una diferencia significativa entre los bebés que son cubiertos con gorritos y los que no, se descubrió, en un estudio, que sólo tenía beneficios para bebés de menos de 28 semanas, es decir, prematuros, pero para los peques nacidos en término, no representaba una diferencia.
En bebés de entre 1200 y 2200 gramos el riesgo de hipotermia era menor que si se ponía a los bebés en una incubadora, así como el uso de un colchón transmisor de calor también era mejor cuando los bebés pesaban menos de 1500 gramos. Pero lo que concluyeron es que las mejores técnicas para los neonatos eran estas dos y sobre todo el contacto piel con piel.
Además, el contacto piel a piel no sólo es el más afectivo, sino el más económico.
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