La noticia de la llegada de un segundo bebé es una gran ilusión para los papás y vuelven a vivir la emoción que sintieron con la llegada del primero. No obstante, este momento también puede venir cargado de culpa, pues saben que ahora su atención estará más enfocada en el nuevo bebé, y esto puede hacer sentir mal a su hermano mayor.
Otro miedo común es que los padres sientan que no van a ser capaces de querer al segundo tal y como quisieron al primero. La buena noticia es que la gran mayoría de las veces este sentimiento desaparece cuando conocen a su bebé.
No obstante, la culpa es un poquito más difícil de superar. Este sentimiento es equiparable a una traición: “ya no vas a ser mi bebé, mi único bebé”.
Hay que tener algo claro: aunque se trate de un segundo bebé, la experiencia va a ser nueva, y por supuesto que habrá dudas e incertidumbres. Pero no por eso debemos caer en el error que muchos padres cometen: preparar al primer bebé de forma errónea, consentirlo demasiado o darle mensajes confusos. Esto, en lugar de ayudarlo, puede confundirlo y agobiarlo, y hasta hacerle creer que, en lugar de algo bueno, algo malo viene en camino.
Lo más saludable es que mantengan su rutina normal con el niño y generen empatía con su hermanito desde el embarazo. Déjalo escuchar y acariciar tu pancita y bríndale sentimientos de tranquilidad.
Hazle sentir a tu primer pequeño que a su vida llegará un compañero, no un rival.Y sobre todo: no tengas sentimientos de culpa, pues casi por naturaleza, el hermano mayor llega a querer a su hermanito y a esperarlo también con mucha ilusión.
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