Un reciente estudio realizado en los Estados Unidos por Jennifer Heissel y Samuorris de la Universidad de Northwestern, en el cual analizaron a alumnos que se cambiaron a escuelas con diferente zona horaria, revela que sus calificaciones mejoraron al tener más luz solar antes empezar el horario de la escuela.
Otros estudios realizados por la Universidad Antonio de Nebrija y el Centro Superior de Investigaciones Científicas, confirman que la luz natural es esencial para el crecimiento de los niños.
Y un estudio sobre “La influencia de la luz en el rendimiento escolar” de la Universidad Antonio de Nebrija, llegaron a la conclusión de que un aula bien iluminada favorece a alumnos incluso con aprendizaje más lento e influye positivamente en sus emociones.
En conclusión, la luz del sol aporta vitamina D, que es vital para el crecimiento y desarrollo del ser humano, pero también puede generar avances en la educación. Un salón bien iluminado con luz natural, trae muchos beneficios en la concentración y aprendizaje de los alumnos.
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