La terapia a través de las artes plásticas como la pintura, escultura, fotografía o la danza, mejora la salud emocional de los niños, en especial, la de los peques con capacidades diferentes.
Varios estudios señalan que el arte afecta al sistema nervioso autónomo, al equilibrio hormonal y a los neurotransmisores cerebrales, además de que produce cambios en la actitud, en el estado emocional y en la percepción del dolor en niños y adultos.
Un estudio realizado por la Universidad de Montana y el Art as Mean for Increasing Confidence (AMIC) demostró que las artes expresivas como la danza, el teatro o la música, aumentan considerablemente la confianza de los niños. Y de hecho, la danza es la expresión artística de la que se obtienen mejores resultados cuando se usa como terapia, ya que a través de ésta se producen mejoras en las habilidades sociales como un mayor autocontrol, autonomía, responsabilidad y capacidad de trabajar en equipo.
Y por medio del baile, un pequeño especial puede aumentar sus capacidades artísticas, de creación, imaginación o expresión y sus habilidades motrices, de coordinación y de aprendizaje.
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