Los especialistas comentan que una mujer sana que queda embarazada con más de 35 años de edad no asume ningún riesgo para su propia salud y se han realizado diversos estudios que lo confirman. Te presentamos algunos de ellos.
Las primerizas de edades avanzadas pueden vivir más
Un estudio afirma que las mujeres que esperan más para tener a su primer hijo vivirían más que las que empiezan a formar sus familias más jóvenes. Aunque los embarazos a edades avanzadas aumentan el riesgo de aborto espontáneo y malformaciones congénitas, los autores observaron que las mujeres primerizas después de los 25 años son un 11 por ciento más propensas a llegar a los 90 años que las madres primerizas más jóvenes.
Cada vez hay más madres de más de 35 años saludables ¡al igual que sus bebés!
En los Estados Unidos, el número de primeros nacimientos por 1.000 mujeres de 35 a 39 años se ha incrementado en un 36 % entre el año 1991 y el 2001, y la tasa entre las de 40 a 44 años ha llegado al 70%.
Ser mamá en edad avanzada puede mejorar tus habilidades mentales
Según un estudio reciente publicado en Journal of the American Geriatrics Society ser madre después de los 35 años mejora las habilidades mentales de la mujer ya que obtienen mejores resultados en los tests de agudeza mental, de resolución de problemas y de capacidades verbales.
Hay más probabilidades de tener gemelos
Hay un incremento en la probabilidad de tener gemelos o partos múltiples, no solo en terapias de fertilidad, sino también de manera natural.
Aumenta significativamente el riesgo de tener un bebé con algún defecto congénito:
El trastorno más común que afecta a los cromosomas es el Síndrome de Down, enfermedad con la que el niño cuenta con un cromosoma más de lo habitual. Las estadísticas revelan los siguientes datos: A los 25 años, una mujer tiene una probabilidad entre 1.250 de tener un bebé con síndrome de Down; a los 30, una entre 1.000; a los 35, una entre 400; a los 40, una entre 100; y a los 45, una de 30.
El parto de las mujeres primerizas suelen ser más difícil
Según la doctora española Isabel Palencia la primípara de más de 35 años suele tener un parto más difícil. “El período de la dilatación es más largo, porque los tejidos están más duros. Por ello, la, expulsión es más lenta y entraña mayor riesgo de sufrimiento fetal”
Tienen más riesgos de preeclampsia y eclampsia
Aunque las razones de esto no son muy claras. En algunos casos, sucede como resultado de tener hipertensión arterial o diabetes antes de quedar embarazadas.
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