El kraamzorg es un sistema holandés de atención a la mujer durante los primeros días posteriores al parto, un servicio único en el mundo que focaliza la atención a las madres en un momento tan sensible y al que generalmente se presta muy poca atención.
Los primeros cursos de kraamzorg se dieron en 1900, así que durante siglos habían sido las parteras las que cuidaban de las madres y sus hijos recién nacidos. A partir de 1923 se estableció en Holanda una comisión para el control de la calidad de la nueva formación y desde 1959, se hizo oficial, es decir, es un derecho en Holanda.
Este servicio es prestado por una profesional desde unas horas antes del parto en el hogar, en los que asiste a la matrona o al médico en el parto. Después del nacimiento, la doula permanece en el hogar durante ocho días (diez en caso de complicaciones), en los que durante unas horas diarias (entre seis y diez), asiste a la madre y al bebé. Su tarea más importante es cuidar de la mamá y de su bebé, ayudarla en temas de lactancia y contestar las dudas. Además, hace algunas pequeñas tareas domésticas, recibe a las visitas y, si hay más niños, se ocupa de ellos.
Con kraamzorg se brinda un comienzo seguro a los niños y las madres; y los padres aprenden a valerse por sí mismos. Este sistema es “muy apreciado” por las familias que residen en Holanda ya que las mujeres están más relajadas porque alguien cuida de ellas, del bebé y del resto de la familia.
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