Según las últimas cifras, alrededor del 30% de las niñas y niños fallecidos en accidentes viales, no usaban algún mecanismo de protección, como las sillas para bebé o cinturones de seguridad. Por ello, expertos de la Fundación MAPFRE dan a conocer cuatro recomendaciones básicas para que los bebés viajen seguros, incluso desde que están en proceso de gestación.
Protección desde el embarazo. Las embarazadas deben utilizar siempre el cinturón de seguridad, ya que es la mejor manera de proteger tanto a la madre como al futuro bebé. En este caso, la recomendación es utilizar la banda inferior del cinturón por debajo del vientre y justo encima de los huesos de la pelvis. Por su parte, la parte superior debe pasar por encima de la zona media del esternón y de la clavícula, sin quedar sobre el estómago. Cuando el abdomen queda demasiado cerca del volante (a menos de 20 cm de distancia), lo mejor es dejar de conducir.
Selección de la silla. Así como se prepara el dormitorio del bebé, se hace una selección de ropa adecuada a recién nacidos, también es importante hacer una investigación acerca del tipo de asientos, los estándares de seguridad recomendados, así como las normas universales.
Actualmente existen dos sistemas de soporte para los asientos de bebés: el sistema Latch, el cual es de origen americano y se basa anclajes y correas en los asientos, mientras que Isofix –esquema europeo- cuenta con tres puntos de anclaje que tienen los vehículos, los cuales están diseñados para facilitar el montaje del asiento.
Es por eso importante identificar cuál es el sistema que incluye el o los autos en donde se utilizará el asiento, así como las dimensiones del mismo para ver si la silla se ajusta.
Recién nacido. El bebé debe viajar protegido mediante el uso de un sistema de retención infantil que soporte la silla porta bebés y al momento de instalarlo se debe considerar que durante los primeros meses, la posición de los pequeños deberá ser con una vista hacia atrás, debido a que si se presenta un accidente, su cabeza queda más expuesta y el cuello es aún muy débil.
Además, por ningún motivo se debe instalar en el asiento delantero o cerca de una bolsa de aire, debido a que si se activa puede empujar la silla a una velocidad extremadamente rápida.
A partir de un año. Aunque en esta etapa del bebé, su cuerpo ya es más fuerte, aún es muy frágil por lo que todavía requieren esquemas de protección para que los padres puedan manejar tranquilamente. Si bien existen en el mercado sillas que se van adaptando de acuerdo a la edad, para tener un mayor tiempo de vida útil, no se debe dejar de lado el tema de la posición. La recomendación es que sigan viajando volteados hacia el asiento hasta que pesen 25 Kg –peso que suelen alcanzar a los tres o cuatro años.
Al tomar en cuenta estas recomendaciones, los padres tendrán mayor seguridad de que sus hijos viajan cómodos, pero sin descuidar su seguridad. Finalmente, deben tomar en cuenta que en caso de un accidente, lo más recomendable es cambiar la silla, ya que ésta, o incluso los asientos del vehículo, pudieron provocar un desperfecto que pongan en peligro su función principal: proteger a los hijos.
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