Los hijos no vienen con un manual donde nos dicen cómo educarlos. Lograr el equilibrio en la crianza de los hijos es un tema difícil, sin embargo, sí se puede.
Muchos padres caemos en la crianza excesiva, en la cual, los niños son el centro de atención en todo momento y comenzamos a criar niños dependientes por completo de los padres y poco preparados para la vida. Cada vez que le solucionamos algo o hacemos algo por ellos, los dañamos ya que les estamos quitando la capacidad de crecer en carácter, en personalidad y en independencia. Tenemos que darles las herramientas, pero no hacer todo por ellos.
Por otro lado, los padres que son totalmente relajados y creen que sus hijos deben hacer todo por sí mismos y no necesitan de nosotros, puede crear pequeños con un gran sentimiento de abandono y de pertenencia e incluso niños agresivos, ya que les falta la calidez afectiva de sus padres.
Por ello es importante cuidar el modelo de crianza que utilizamos y el tiempo y energía que dedicamos a nuestros hijos. No se trata de asfixiarlos o abandonarlos, es cuestión de acompañarlos a crecer y a sentirse queridos y protegidos en un ambiente sano en el que todos tengamos nuestro lugar.
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