lunes, 7 de agosto de 2017

Consejos de limpieza efectivos cuando hay un bebé en casa

Cuando llega un bebé a casa, la vida cambia totalmente, ya no se dispone de tanto tiempo ni de tanta energía como antes. En el caso de los padres primerizos, significa que éstos deben ajustar los hábitos de limpieza que habían tenido hasta entonces. Por eso, Urte Paaßen, maestra en economía doméstica nos brinda útiles consejos para integrar la limpieza en el día a día sin demasiado esfuerzo cuando hay un bebé en casa y nos dice cómo hacer que el hogar siga siendo un lugar agradable para toda la familia a pesar del cansancio y la falta de tiempo.

 

Cuando hay un niño pequeño en casa, suele haber mucho que limpiar y poco tiempo para dedicarle a la limpieza… y mucho menos para planchar. Quien no dispone de secadora, puede centrifugar la ropa a menos revoluciones y colgarla a continuación en una gancho, sin arrugas, para que se seque. Un bebé supone, además, retos totalmente nuevos en cuanto a las manchas. Sin ir más lejos, las papillas de zanahoria pueden resultar difíciles de limpiar. Para la ropa blanca, la luz del sol es una alternativa natural al blanqueador: dejar secar la prenda al sol después de lavarla, decolora la mancha naranja.

 

Consejo 1

Los padres jóvenes que quieren proteger bien a su bebé frente a la suciedad, intentan mantener la casa lo más limpia posible. Sin embargo, los padres deben ser conscientes de que no pasa nada si no está todo perfecto en el hogar. En estos casos, la palabra clave es priorizar. Lo más importante es la limpieza del baño y la cocina, lugares que se deben limpiar con regularidad. Esta tarea sale bien cuando se utilizan varios trapos y una solución de limpieza. Quien dobla los trapos cuatro veces, en lugar de arrugarlos, cuenta con más superficie del trapo para limpiar. Cuando se han utilizado todas las caras se va a por el siguiente trapo, esto permite ahorrar tiempo al no tener que enjuagarlo constantemente.

 

Consejo 2

También es necesario tener los suelos limpios cuando los niños empiezan a gatear. Como a los niños les gusta repartir los juguetes por toda la casa, antes de limpiar, toca recoger. En este caso, la manta para juegos resulta muy útil, ya que con un listón se puede hacer un saco con ella. Se juntan todos los juguetes sobre la manta y a continuación se recoge el saco. Después se aspira en profundidad y, por último, se friegan los suelos duros con agua y detergente. Un limpiador de vapor es una alternativa a la limpieza con detergente. Así, los niños pueden gatear sobre un suelo limpio, libre del 99.99% de las bacterias y sin productos químicos dañinos.

 

Consejo 3

Los abuelos, tíos, tías y amigos quieren conocer al nuevo miembro de la familia y buscan visitar el hogar del recién nacido. Algunos habrían tenido toda la casa limpia en otras épocas, pero ahora pueden recurrir a una solución sencilla. La llamada «limpieza rápida» elimina el caos y la suciedad en un abrir y cerrar de ojos mientras el bebé duerme. Primero, se debe ventilar bien la habitación en la que se vaya a recibir la visita. A continuación, vaciar el bote de basura, recoger los periódicos, libros y juguetes y eliminar de las superficies lisas las huellas de dedos. Si hay migajas del desayuno o de la comida en el suelo, se pueden eliminar rápidamente y en el resto de habitaciones, en vez de limpiar, simplemente cerraremos la puerta. Además, el visitante también puede ayudar a reducir el trabajo de limpieza quitándose los zapatos en la entrada para que entre menos suciedad del exterior a la casa.

 




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