Si creíste que sería muy buena idea llevarle un payaso a tu pequeño en su cumpleaños y todo salió contraproducente, tanto que tu peque no paró de llorar en ¡su gran día! es porque él tiene coulrofobia.
El terror irracional que sienten las personas ante los payasos, se denomina coulrofobia y aunque no es reconocida por la Organización Mundial de la Salud, forma parte del Manual de Diagnóstico y Estadística de Desórdenes Mentales, dentro del apartado del miedo a personas con disfraz, con botargas y los mimos.
De acuerdo con la Doctora Brenda Wiederhold, del Centro de Tratamiento de Fobia y Ansiedad de San Diego, "generalmente este miedo comienza con los niños de dos años cuando desarrollan un grado de ansiedad en presencia de extraños". La especialista comenta que conforme vamos creciendo, el miedo va desapareciendo, pero el 2% de la población continúa con esta ansiedad hasta la edad adulta. Este miedo suele no ser reconocido por quienes lo padecen, porque, aunque saben que se trata de una persona con maquillaje, están conscientes que su sentir es totalmente irracional.
Existen varias causas que generan esta fobia, entre las más comunes se encuentran:
Malas experiencias
Puede ser a causa de una broma o un sustos con la risa, un gesto o actitud negativa.
Caracterización
El maquillaje es uno de los factores que más puede provocar miedo en los niños, debido a la exageración con ojos más grandes, nariz gigante y roja, colores intensos en toda la cara y su vestuario, una boca grande, el maquillaje blanco, la figura estática de un rostro, un cuerpo deforme, ropa de colores llamativos y zapatos enormes.
Ser desconocido
Para los pequeños es un personaje para nada normal donde no puede ver el rostro como él lo conoce, eso le genera desconfianza, ya sea por lo desconocido o por la creencia que detrás de ese maquillaje exista un ser perverso que no quiere mostrar.
Existen diferentes ataques de ansiedad que las personas con coulrofobia sienten como: sensaciones de ahogo y dificultad para respirar, dolor de pecho, latidos acelerados del corazón, nudo en la garganta, piel pálida, transpiración, temblor, erupciones en la piel, debilidad en los brazos, sequedad en la boca, pesadillas, insomnio, distorsión de la visión, indigestión, ardor de estómago, estreñimiento, diarrea, hormigueo de manos y pies, sensación de descarga eléctrica.
En la niñez es común este temor, pero si persiste con el paso del tiempo, es bueno considerar ir a terapia para que los payasos dejen un bello y divertido recuerdo de tu infancia y de tu familia.
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