lunes, 20 de marzo de 2017

Una frase que terminará con las batallas a la hora de comer

Seguramente te ha ocurrido que pasas horas en la cocina, preparando la comida o la cena y al momento de llamar a tus hijos a comer, te contestan con: “no tengo hambre”. Para evitar más discusiones y problemas, existe una frase que puede revertir esto para siempre: "No es necesario que comas". Y lo que se consigue es que 9 de cada 10 veces, terminen comiendo algo, ¡sin querer!

 

El problema de que haya una lucha constante es que siempre debe haber un ganador y un perdedor, lo cual le da un aspecto negativo a la hora de la comida y esta relación no resulta para nada beneficiosa.

 

Cuando convertimos la comida en algo implica una orden, se pierden la alegría y el vínculo entre padres e hijos. Puede ser que el padre gane casi siempre, pero el niño se llena de resentimientos y come porque debe, no porque realmente disfruta la comida en familia.

 

Un estudio del 2008 publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior descubrió que los padres que presionaban a sus hijos o les ofrecían recompensas para que comieran frutas y verduras conseguían que los niños les hiciesen caso en ese momento, pero también provocaba que en el futuro esos niños ingirieran menos productos saludables.


La edad preescolar es una etapa en la que los niños empiezan a tomar la iniciativa para muchas cosas, entre ellas, las comidas. Los niños que tienen permiso para tomar decisiones una vez que tienen el plato en la mesa tienden a sentirse bien mientras comen. No obstante, los niños que no tienen permiso para decidir y sólo tienes experiencias de lucha constante pueden desarrollar un sentimiento de culpa en torno a la comida, lo que da lugar a una falta de confianza y de disfrute.






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