miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Comparas “sin querer” a tu hijo con otros pequeños?

Nuestra sociedad siempre está ávida por la competencia, por ver quién es el mejor, quién tiene más, quién logra más. Y como papás hacemos lo mismo, muchas veces sin querer, claro. Comenzamos a presumir que nuestro hijo caminó antes que el de tu amigo, que nuestro hijo come mejor que el vecino, que nuestro pequeño es el número uno en el colegio o en alguna disciplina y de manera inconsciente, caemos en lo que no debemos hacer, comparar y presionarnos no sólo nosotros, sino a nuestros pequeños.

 

Y puede ser que en algunas cosas “insignificantes” lo comparemos con sus primos, amigos o vecinos. Pero al convertirnos en padres caemos en comparar, desde que están recién nacidos, su desarrollo, estar siempre al pendiente de cuánto debe pesar, medir, hacer y saber si tiene el progreso que debería saber para su edad. El problema está cuando permitimos que estos números nos controlen, lo invadan todo y nos frustren.

 

Debemos aprender que es centrarnos lo que mi hijo puede hacer y no lo que no puede y sin mirar al de alado. Cada nueva habilidad que aprende, cada nueva cosa que intenta, cada éxito, será reconocido con interminable y magnífica admiración en mis ojos, y no importa cuándo o cuánto tiempo se tarde en lograrlo. Ellos no deben tener esa presión de nuestra parte, dejémoslos ser libres, ir creciendo a su ritmo, pero siempre con nuestra ayuda. ¡Vivamos una maternidad más relajada! Ya que si no gateo antes que el vecino o que la mayoría de los niños, según las estadísticas, eso no lo hace menos. Sólo mantengámonos atentos de cosas que pueden afectar su salud, eso sí debemos tomar cartas en el asunto con especialistas.

 






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