Seguramente te ha pasado que tienes prisa por salir y parece que les dices a los niños que tienen todo el tiempo del mundo y que pueden tardar más. Eso, muchas veces, ocasiona fricciones en la relación de papás e hijos. Pero lo que pocas veces sabemos los papás es que los niños pequeños no entienden, como nosotros, el concepto del tiempo, de responsabilidades y preocupaciones de llegar al trabajo, a un compromiso o al colegio. Así que aunque les demos un enorme sermón al respecto, no funciona…¿por qué ocurre esto?
Está comprobado que el cerebro de los niños registran bien las primeras diez palabras del “discurso de papás”, así que los especialistas recomiendan ser breves y hablar de manera asertiva y concisa.
Para lograrlo, existe una fórmula perfecta que debemos poner en práctica ya, el discurso hacia un niño debe ser amable, claro, firme y con respeto. Al hacerlo de esa manera y planeando por anticipado los clásicos problemas matutinos podemos mejorar la relación entre todos los integrantes de la familia.
Así que anticipa bien la salida, levántense más temprano, dejen un día antes todo listo para salir sin prisa y dales instrucciones pequeñas y claras.
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