No todos los niños tienen dotes de liderazgo, aunque a algunos les gusta más manejar el cotarro, otros prefieren no tomar la iniciativa y sumarse y compartir las propuestas ajenas. Muchas veces, los niños son sometidos a presiones por parte de los compañeros, que intentan influir, más o menos descaradamente, en su forma de actuar. Esto es algo con lo que nuestros hijos tienen que lidiar ya desde pequeños.
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