Los expertos coinciden en que se llega al mundo sin hábitos, ni rutinas de sueño preestablecidas y ese es, como padres, nuestro gran reto en los primeros meses de vida, lograr que se adapten a su nuevo entorno.
Las primeras semanas son fundamentales establecer las pautas que regirán la vida del bebé y la relación con sus padres. Seguro has escuchado que el sueño alimenta a los niños y es verdad, ya que los primeros meses de vida el sueño contribuye a los procesos de maduración del sistema nervioso central, principalmente del cerebro, lo que permite la producción de la hormona del crecimiento y esto estimula el desarrollo físico y mental del bebé.
La razón por la que los bebés no duermen toda la noche en los primeros meses también se debe a que su reloj biológico empieza a madurar, lo cual ocurre entre los seis y doce meses, después de este tiempo, tu peque ya puede dormir toda la noche sin despertar. Si eso no ocurre los especialistas en sueño infantil seguir y conocer estas pautas según la edad de tu peque:
Hasta los tres meses, el bebé debe dormir a libre demanda.
Después de los tres meses, se debe iniciar la rutina, respetando siempre la misma hora.
Se debe crear en el bebé una rutina de sueño, alimentándolo bien y teniéndolo limpio, que la habitación tenga una temperatura agradable y procurar que sea silenciosa.
Algunos pediatras recomiendan que el bebé duerma en su cuarto y solo a partir de los cuatro meses, puedes contarle un cuento o cantar mientras concilia el sueño.
Los niños que toman siestas a partir de los seis meses, logran conciliar más fácil el sueño en la noche.
Cuando el niño se despierte a medianoche, lo primero que debe hacerse es conocer la causa y atender su necesidad: hambre, frío o pañal sucio. Después, consentirlo, regresarlo a su habitación y que concilie el sueño, nuevamente. Si el problema sigue, consulta a un experto.
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