El atender el llanto del pequeño, cambiarle el pañal, hacer la tarea con ellos, no está “ayudando” a su pareja, está ejerciendo realmente la paternidad en todos los sentidos.
La figura paterna es igual de importante que la de una madre ya que aunque el primer vínculo de apego del recién nacido durante los primeros meses se centra en la figura materna, ser padre va más allá de la clásica imagen de proveedor.
Porque el papá “no ayuda”, no es alguien ajeno que aligera el trabajo de su pareja de vez en cuando, sino que es una columna importante en la formación del hogar, es alguien que sabe estar presente, que ama, que cuida y se responsabiliza de todo aquello que tiene que ver con su familia.
Se sabe que el cerebro de las mamás experimentan asombrosos cambios durante la crianza de un bebé. El propio embarazo, la lactancia así como el cuidado diario del bebé favorecen una reestructuración cerebral para aumentar la sensibilidad y la percepción con el fin de que la mujer pueda reconocer el estado emocional de su bebé. Pero el cerebro de los hombres también cambia, y lo hace de un modo sencillamente espectacular. Según un estudio llevado a cabo en el Centro de Ciencias del Cerebro Gonda de la Universidad de Bar-Ilan, si un hombre ejerce un papel primario en el cuidado de su bebé experimenta el mismo cambio neuronal que una mujer. A través de diversos escáneres cerebrales, efectuados en padres heterosexuales como en homosexuales, pudo verse que la actividad de sus amígdalas era cinco veces más intensa de lo normal. Esta estructura se relaciona con la advertencia del peligro y una mayor sensibilidad al mundo emocional de los bebés.
El cuidado de los hijos es responsabilidad mutua y no exclusividad de la mujer, lo cual crea un ambiente lleno de armonía que favorece al desarrollo y felicidad de los niños.
Lee el articulo completo en: Padres e Hijos México
via http://www.padresehijos.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario