Cada día es más común ver a niños con heelys: zapatillas con ruedas con las cuales los niños pueden patinar y que pueden usar en distintos lugares como parques, plazas y hay quienes también las llevan a la escuela.
Niños de 3 a 12 años son los que más usan este tipo de calzado que, hasta cierto punto, parece inofensivo. No obstante, un estudio realizado por Roberto Pascual, experto en Podología infantil de la Universidad Miguel Hernández de Elche, señala que los heeleys no deben usarse como un calzado cotidiano, sino como un juguete.
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Hay casos de niños que usan estas zapatillas más de ocho horas, lo cual podría tener diversas consecuencias, como problemas de crecimiento, pie plano, enfermedad de Freiberg o metastarsalgias.
Al usar por mucho tiempo los heelys, el peso del cuerpo de distribuye de manera inadecuada tanto en las puntas como en los talones de los pies, ocasionando los problemas mencionados.
Para sus actividades cotidianas, nada mejor que el calzado adecuado para los pequeños. Los heelys pueden ser divertidos y disimular ser un tenis o zapato normal, pero su uso debe ser limitado para actividades fuera de la escuela.
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