Investigadores de la Asociación Española de Pediatría descubrieron que los juguetes influyen en el crecimiento del niño y pueden favorecer el desarrollo de las funciones psíquicas, físicas, afectivas y sociales del peque.
Al respecto, los expertos comentan que los juguetes rojos crean dinamismo y motivan al movimiento, por lo que son recomendables para incitar a los niños tranquilos que necesitan actividad. Los de color azul favorecen la relajación y los ayudan a dormir, por lo que son apropiados para niños activos, irritables e inquietos. En el caso de los amarillos, que mejoran la concentración, ayudan al desarrollo de la inteligencia, y son adecuados para niños con problemas de atención y los juguetes naranjas denotan alegría y fomentan la actividad, ideales para aquellos que pasan por una etapa de cierta tristeza. Finalmente, los de color blanco parece que promueven el descanso y la relajación.
Los expertos también comentan que no siempre la selección del juguete se ajusta a la edad del niños y sirve para estimular sus capacidades. Por ello, en los primeros años de vida y para motivar la afectividad del niños se recomiendan juguetes como muñecos, ositos y otros animales, mientras que para estimular su motricidad, juguetes como pelotas, bicicletas, coches con pedales o juguetes de construcciones.
Así que la próxima vez que quieras comprarle un juguete a tu peque, fíjate bien cuál es el ideal para ayudarle en su crecimiento, ¡piensa en su temperamento y sus necesidades!
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