lunes, 2 de enero de 2017

16 cosas que he aprendido este 2016

Estrenamos este año 2017 con un artículo lleno de sentido común y ganas de vivir. Lo ha escrito uno de nuestros divulgadores preferidos, el periodista y educador Carles Capdevila.

Pensamos que todo es aplicable al ámbito del hogar, a la educación de tus hijos, a tu visión sobre tu papel como mediador. Nos parecen unos puntos esenciales para incorporar al proyecto educativo de tu casa y comenzar a aplicar desde ya. Nos encanta especialmente el 2, el 9 y el 16.

Y sin más dilaciones, aquí tienes el artículo completo de Carles Capdevila. Que lo disfrutes y lo medites.

16 cosas que he aprendido este 2016


  1. Que aceptar las limitaciones tiene un algo doloroso y otro algo liberador. Dejas ir el lastre y puedes dedicarte en cuerpo y alma a lo que te queda, si aprendes a dejar de lamentar lo que pierdes. Cuando se cierra una puerta se abren, solas, un montón de ventanas.
  2. Que la amabilidad puede ser la idea más revolucionaria. Tiene el poder transformador de las personas que llevan puesta la sonrisa, que transmiten optimismo, que nos hacen reír que, por ahí donde pasan, mejoran el ambiente.
  3. Que en vez de lamentarnos cuando se queja nuestro cuerpo y exclamar un “maldita rodilla” sería cuestión de poner en valor los años que lleva soportándonos y doblándose a nuestra voluntad. En vez de maldecir a cada uno de nuestros propios huesos, deberíamos estar celebrando este esqueleto que hace lo que puede por mantenernos derechos.
  4. Que la alegría de vivir no tiene métodos, pero sí tiene maestros. Conviene acercarnos, esperando ser contagiados, de gente sencilla, que tiene en la bondad, el amor y el bien del prójimo su foco, que pasan desapercibidos en un mundo que premia más el cinismo que la ingenuidad.
  5. Que hemos venido aquí, a pesar de que no lo disimulamos muy bien, a amar y a ser amados. Y, en consecuencia, a cuidarnos. Y que el cuidado de las personas es la tarea más importante del mundo y la menos valorada de todas.
  6. Que nunca se debe discutir con un imbécil. La clave es detectarlos y frenarles a tiempo. Pero para ello se necesita una sociedad madura y respetuosa que ignore la provocación barata y admire más los valores que los resultados a cualquier precio.
  7. Que la persona con quien no te sepa mal llorar y que te haga la compañía adecuada es, por fuerza, un muy buen amigo. Sobre todo, si también sabéis reíros juntos.
  8. Que nunca es tarde para aprender a caminar. Y que con el amigo con el que más camino somos mucho más amigos desde que caminamos juntos: se es más sincero, más directo y más profundo con él.
  9. Que sin confianza no hay motivación, porque confiar suele dar más fruto que vigilar.
  10. Que me seducen los optimistas currantes. Los que saben que todo es un desastre y que todo puede ir mal si no lo remediamos. Y, por eso mismo, se lanzan al ruedo y se ponen a trabajar. Y que mantienen ese punto de ingenuidad necesaria para creer que van a poder. Porque sin confianza no hay convicción, y sin convicción no hay resultados y sin resultados no hay motivos para mantener la esperanza.
  11. Que priorizar significa descartar. Para poder decir el “sí” entusiasta y posible a quienes quieres decírselo, deberás decir el “no” contundente y sin culpabilización al que no cabe en tu vida.
  12. Que lo peor del miedo es cuando nos pilota, cuando se instala en el volante de nuestra vida. Porque el miedo nos puede convertir en traidores. O nos puede paralizar del todo. El miedo a la verdad nos hace ser mentirosos, el miedo a sentir emociones fuertes nos convierte en fríos, el miedo al riesgo nos hace lanzar la toalla y el miedo a morir nos puede impedir vivir.
  13. Que somos más lo que hacemos que lo que decimos, que somos más lo que decidimos que lo que pensamos. Somos cuando actuamos y no cuando reflexionamos. Y como hemos venido aquí a relacionarnos, la educación es el arte y oficio sublime de aprender mientras se enseña y de enseñar mientras se aprende. Solo estando de verdad, de todo corazón, siempre, puedes aprender y enseñar a estar.
  14. Que necesitamos más mala leche y más esperanza. Debemos estar más enfadados y más ilusionados a la vez. Nos conviene señalar y denunciar a los culpables, mirarles a los ojos, no asumir que esto toca y demostrarles toda la rabia que sentimos. Y, simultáneamente, ir arreglando con las manos el día a día, desde el inconformismo, con ambición y con la certeza absoluta de que es posible.
  15. Que necesitamos médicos y maestros con visión de cabecera, en vez de dedicarse al trocito asignado y ya, que sean capaces de tomar distancia y de cuidar a las personas enteras, de la cabeza a los pies.
  16. Que la belleza se encuentra en la mirada y que no hay privilegio más bonito que ser observado desde el amor incondicional y la alegría de vivir. No hay ninguna inversión más segura y rentable que rodearnos de personas que nos aman tal y como somos, que nos encuentran guapísimos al margen de lo que dicte el espejo. Que nos miran siempre con buenos ojos.

Y tú, ¿qué has aprendido este 2016?

Carles Capdevila
Periodista, Diari Ara



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