Sin duda, la maternidad es todo un reto y hay ocasiones en que piensas que no lo estás haciendo muy bien, pero con estos signos te darás cuenta que no es verdad. ¡Te lo garantizamos!
Preocupación constante
Si en el día a día tu mente está inmersa en tratar de resolver problemas como cuál es el mejor pañal, el alimento ideal, pasar tiempo de calidad con tu bebé, qué le hace falta, entre otras cosas, ¡puedes estar segura que tu prioridad es él!
Agotamiento
Tener un bebé te cambia la vida y esos cambios te mantienen todo el día llena de actividades que al final del día tu ánimo y energía se acaban. ¡Relájate y disfruta el increíble cansancio que logra tu peque!
Lo primero: ¡él!
Antes de tener hijos, pensabas en ti y lo que querías hacer o comprar. Ahora hasta el simple hecho de comer tiene que esperar, ¡primero piensas en sus necesidades antes que en las tuyas!
Te das cuenta lo mucho que has aprendido de él
Aunque pareciera que tu peque debe aprender muchas cosas, con el tiempo te das cuenta de todo lo que él te ha enseñado o has aprendido gracias a él. Desde cocinar hasta tener una mayor tolerancia en temas que no imaginabas. O cuando un detalle o frase, se convierte en tu mejor aprendizaje del día. Realmente, ¡nunca dejan de sorprendernos!
Eres su mejor consuelo
El aprender a decir “mamá” es el inicio de un gran vínculo y es que serás la primera persona a la que tu hijo buscará cuando algo le afecte y esto, ¡no cambia no con la edad! Serás la sanadora de un pequeño rasguño o de un corazón roto.
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