A partir del cuarto mes de gestación, los bebés comienzan a escuchar a través del vientre materno y a los dos meses de edad, el pequeño ya es capaz de reconocer ritmos y melodías.
Según estudios realizados por Don Campbell, músico, compositor y autor del libro 'El efecto Mozart', se comprobó que los bebés a quienes se ponía determinada música mientras estaban en el vientre materno eran capaces de reconocerlas al nacer e, incluso, sonreír al escucharlas. Además, Campbell analizó la música de Mozart y descubrió que algunas de sus melodías tenían un efecto inmediato y positivo sobre la salud, la creatividad y el poder de concentración.
Los expertos coinciden en que las melodías que el recién nacido escuchó antes de nacer tiene un efecto de tranquilidad en ellos y les ayuda a dormir mejor y llorar menos.
Pilar Carrasco, musicoterapeuta y autora del libro 'Cómo educar a tus hijos con la música', afirma que la música hace crecer intelectualmente y estimula la capacidad de respuesta del bebé a todas sus facultades y favorece el desarrollo afectivo y emocional y potencia su creatividad. Después del nacimiento, la estimulación a través de la música ayuda al niño a crecer en varios sentidos.
¿Cómo lograrlo?
A partir de los cuatro meses de embarazo ponle música a tu bebé, ya sea escuchándola solamente o poniendo auriculares en tu pancita
Una vez que haya nacido y lo tengas en tus brazos, ¡cántale canciones de cuna!
Los especialistas aconsejan usar música más dinámica cuando están despiertos para que la asocien con la actividad y más pausada en los momentos del sueño, para que se relajen.
Juega con música, eso le ayudará a tu peque a concentrarse y mantener esta actitud durante más tiempo, gracias a un ambiente de tranquilidad y relajación.
¡A bailar! A partir de los seis meses, puedes comenzar la estimulación corporal a través de la música por medio del balanceo del bebé en sus brazos al ritmo de la pieza musical que escucha.
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