Por medio de esta técnica, los médicos logran aumentar el flujo de sangre del cordón umbilical al sistema circulatorio del peque, lo que mejora la presión arterial y las concentraciones de glóbulos rojos en los bebés prematuros.
La técnica consiste en tomar el cordón entre el pulgar y el dedo índice, apretando suavemente y empujando la sangre lentamente a través del cordón hacia el abdomen del bebé, logrando un mayor flujo de sangre hacia y desde el corazón, mayor concentración de glóbulos rojos y una presión arterial más alta.
Según un estudio realizado por Instituto de Investigación neonatal del hospital Sharp Mary Birch en San Diego y la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos, comprobaron que utilizar esta técnica, en vez de esperar entre 45 y 60 segundos para pinzar y cortar el cordón umbilical, brindaba grandes ventajas a los prematuros nacidos por cesárea.
Los resultados comprobaron que el ordeño del cordón puede ser una mejor opción en lugar del pinzamiento tardío, sobre todo cuando es necesario aplicar medidas de reanimación inmediata. Además, es un procedimiento seguro, reduce la necesidad de transfusiones de glóbulos rojos, la necesidad de soporte circulatorio y respiratorio en neonatos muy prematuros y estabiliza la oxigenación cerebral de los pequeños con bajo peso al nacer.
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