Hay una frase perteneciente a la sabiduría popular que dice: “En la vida hay tres cosas por hacer: sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”. Pues acabas de hacer la más bonita de las tres: a tu vida ha llegado un hermoso niño.
Con tu hijo vas a tener la oportunidad de hacer muchísimas cosas y vivir maravillosos momentos. ¿Por qué no vivir uno que perdure por mucho tiempo? Nos referimos a sembrar un árbol.
Con su árbol, podrás medir su edad. Este irá creciendo junto con tu hijo y, ¿por qué no? También pueden ponerle un nombre entre los dos.
Al sembrar un árbol, fortalecerás el vínculo de amor y confianza con tu pequeño: cuando el árbol crezca, tendrán un lugar especial donde puedan platicar, solucionar un problema o tomar una decisión importante.
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Por su fuera poco, tu hijo será más consciente de su entorno, meditará más las cosas antes de actuar y aprenderá respetar a la naturaleza.
Pueden sembrar su árbol en el jardín o en algún parque donde esté permitido. Te recomendamos un árbol floral si vas a sembrarlo con tu hija, o un frutal o abeto con tu hijo. Si tienes alguno preferido, ¡adelante!
Un árbol será un bello momento que crecerá con ustedes y los unirá por siempre. Y también un bello capítulo que escribirán en sus memorias.
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