¿Te ha ocurrido que has querido planear la vida de tu pequeño, hasta en el más mínimo detalle? Podrías estar sufriendo de hiperpaternidad, una conducta que se caracteriza en querer organizar la vida de tu hijo, sin darle opciones para valerse por sí mismo, ocasionando que se vuelvan débiles y temerosos ante situaciones cotidianas.
Como papás, siempre vamos a querer lo mejor para nuestros pequeños, y en ocasiones caemos en el error de querer decidir sobre ellos, pues nos valemos de nuestra experiencia adulta, creyendo que eso los protegerá y los hará felices.
Los padres con hiperpaternidad se caracterizan por la obsesión de que su hijo estudie en la mejor escuela, con los mejores maestros y saturan el horario de su hijo con actividades extracurriculares “para su mejor desarrollo”.
Otra de las características es que no permiten que hagan labores domésticas, por más pequeñas que sean, con el objetivo de que no se distraigan en su educación o en “cosas más importantes” para su futuro.
Los padres, además, se convierten en padres sobreprotectores y de tiempo completo: son guardaespaldas, entrenadores, profesores y hasta mayordomos. Prefieren descuidar su entorno, incluso a sí mismos, para dedicarse completamente a sus hijos.
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Las consecuencias de la hiperpaternidad son graves, tanto para los padres como para sus hijos: en los pequeños puede ocasionar estrés y agobio si no llegan a cumplir las expectativas de sus padres, se vuelven incapaces de decidir por sí mismos e inútiles para tareas fáciles.
Por otro lado, los padres pueden afectar su vida laboral y social, como frecuentes problemas de pareja y estrés.
Para evitar caer en la hiperpaternidad, te sugerimos que hagas a tus hijos parte las conversaciones y decisiones que tengan como familia, sin caer en la complacencia de deseos. También dejarlo tomar decisiones, como las actividades que le atraen, y no saturar su horario.
Evita, además, subir fotos de cada uno de los momentos de tus hijos en las redes sociales, ni tomar a tu hijo como único tema de conversación.
Algo que no debes olvidar es que tu pequeño debe aprender a asumir sus propios errores y a ser agradecido. Eso lo hará una gran persona.
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