lunes, 9 de enero de 2017

No importa lo que haya hecho, siempre puedes corregirle con respeto.

¿Se merecen respeto nuestros hijos aunque ellos nos lo falten a nosotros? ¿Se merecen respeto cuando se equivocan decenas de veces en el mismo error? ¿Cuando se niegan a reconocer sus errores y nos echan la culpa de ellos a nosotros? ¿Cuando mienten o engañan?

Meten la pata nuestros hijos. Claro que sí. Y a veces, bien metida. Y muchas veces. Con consecuencias para ellos y para nosotros. Es cierto. Molesta, duele, nos perjudica, les perjudica. Pero no olvidemos que están en formación y “su trabajo” para llegar a ser maduros es equivocarse. El nuestro deber, corregirles para que aprendan de sus errores y no los repitan. Pero no olvidemos que “el modo” importa.

Cualquier error que cometan nuestros hijos debe ser corregido, con una estrategia u otra, pero siempre con el respeto que se merecen como seres humanos. Como cualquier persona. Como tú y como yo. Como tu jefe o como el hijo de tu vecino. No hay excusa para ello, por más que ese error lo haya cometido cien veces. Si te “saca de quicio” el problema es tuyo, no de él.

No importa lo que haya hecho, siempre, siempre ¡SIEMPRE! puedes corregirle con respeto.

 

Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos



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