miércoles, 18 de enero de 2017

Mantener la calma y cuidar el tono en el que le hablas a tu peque, ¡tiene muchas ventajas!

Muchas veces el estrés, las preocupaciones y las múltiples actividades del día pueden hacer que alcemos la voz de más. Es importante, antes que nada, entender que los niños son seres muy vulnerables y sensibles por los que el tono de nuestra voz influye más de lo que crees en la formación de su carácter.

 

Por ello, debemos ser cuidadosos en la forma en la que le hablamos a los pequeños, y no es únicamente cuidar como se les reprende, también como se les ama y se les hace saber que son lo más importante en nuestra vida, porque de lo sutil a lo terrible de la manipulación hay una línea muy delgada y es ahí donde los niños aprenden a manipulanos con su comportamiento, se vuelven caprichosos, arrogantes e incontrolables, entonces queremos culparlos, los reprendemos, castigamos y le hacemos saber mil veces que nos decepcionaron, que no deseamos estar con ellos, sin embargo, somos incapaces de reconocer que nunca cuidamos las palabras que salieron de nuestra boca, como les hablamos, tanto para amar como para corregir. Recuerda que cada palabra que sale de nuestra boca, representa lo más importante para ellos, ya que nos ven como sus guías y modelo a seguir.

 






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