La dermatitis atópica es un padecimiento que se caracteriza por gran sequedad y enrojecimiento en la piel, inflamación de las zonas afectadas y un picor difícil de soportar. Los desencadenantes más comunes son algunos materiales de las prendas de vestir, el estrés, los cambios bruscos de temperatura y productos de aseo personal no específicos para pieles atópicas.Y las zonas más sensibles a presentar problema de este ipo son: el cuello, las mejillas, la parte exterior de los brazos, las muñecas, los pies o los muslos y a medida que los afectados crecen, pueden cambiar hacia el cuello, codos, manos, rodillas, pies y manos.
Los expertos comentan que los síntomas se ven agravados por los cambios repentinos de temperatura, además de los fuertes vientos que se suelen producir especialmente en invierno, cuando se pasa del frío de la calle al intenso calor de las calefacciones de tiendas, restaurantes o del propio hogar por lo que se recomienda proteger a los pequeños del frío, la sequedad o las rachas de viento, que pueden suponer una agresión extra para la piel. Además, recomiendan usar prendas de ropa hechas con tejidos suaves y naturales como el algodón o el lino, evitar suavizante de telas, usar jabones que tengan un pH neutro, realizar baños cortos y con una temperatura del agua moderada para no dañar la piel.
Además de ser molesto, también tiene graves implicaciones psicológicas. Un reciente estudio publicado en la revista TheJournal of Aesthetic Dermatology analizó cómo se sentían algunos niños y niñas con dermatitis atópica y los resultados mostraron que las niñas se sentían más avergonzadas y tristes como consecuencia de los eccemas producidos por esta enfermedad, provocando un aislamiento y un rechazo social de los que le rodean.
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