Uno de los juegos más populares y que ha pasado de generación en generación es el de la casita. Y curiosamente, es uno de los juegos que los niños realizan sin que nadie se los enseñe, pues se basan en la imitar a los adultos que tengan más próximos, como papá y mamá.
El juego de la casita tiene muchos beneficios para tus hijos. Te compartimos los más importantes:
Los vuelve creativos: no necesitan tener una casa de juguete o una casa del árbol para tener su propia casa. Ellos se ingenian cómo construir su propia casa con cajas de cartón, unas cobijas o debajo de alguna mesa.
Los ayuda a madurar: hacer y “vivir” en su casita los ayuda a reforzar su autonomía. En el mundo real, el niño sabe que su rol natural es obedecer a sus padres. Sin embargo, en su casita él tiene el poder de mando y toma responsabilidades aunque se trate de un juego.
Enfrenta situaciones sociales: dentro de su ambiente casero, los pequeños suelen “dramatizar” ciertas situaciones cotidianas: por ejemplo, que su oso tenga una diferencia con una muñeca. Él mismo buscará la solución y reconciliación del problema.
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Los ayuda a relacionarse: ya sea con sus hermanos o amigos, jugar a la casita los ayuda a desarrollar su sentido de cooperación, tolerancia y agradecimiento.
Mejor relación con sus papás: si tu peque te invita a su casa, no niegues su invitación, pues así te está demostrando confianza para entrar en su intimidad y compartir las cosas más importantes de su vida contigo.
Si tu hijo quiere construir su casita, bríndale un espacio especial para que pueda jugar a gusto. Verás que también es un juego con el que te puedes divertir muchísimo con él y pasar una linda tarde.
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