Según la Organización Mundial de la Salud, la prematurez es la principal causa de muerte en los niños menores de cinco años y cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en el planeta. La organización señala que el bebé prematuro se enfrenta a diversos problemas de salud como son la pérdida de calor corporal, dificultades para alimentarse y padecer infecciones graves con más frecuencia.
Un grupo de investigadores crearon un útero artificial, un dispositivo que se encuentra en fase de desarrollo pero que busca mejorar las condiciones en niños prematuros que nacen entre las 23 y 25 semanas de gestación. Investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia comentan que "gracias a este nuevo dispositivo, estos pequeños podrían tener tiempo para desarrollar adecuadamente sus pulmones, su corazón, su cerebro y su frecuencia respiratoria, entre otros". Los investigadores usaron un feto de cordero, ya que es el que se asemeja más a los recién nacidos extremadamente prematuros de 23-24 semanas, y demostraron “que puede estar en este entorno hasta cuatro semanas -unas 670 horas-”. Los corderos mostraron buenos resultados en sus niveles de oxigenación, sanguíneos y en el desarrollo de los pulmones y crecimiento pulmonar.
Cuando un bebé nace a las 22 semanas, pesa menos de 600 gramos y tiene una supervivencia de entre 30% y el 50%, pero su calidad de vida se ve muy afectada, debido a la cantidad de pruebas y tratamientos a los que son sometidos para estabilizarlos y conseguir que sobrevivan.
Los investigadores también explican cómo ha sido la evolución de su sistema durante tres años, a través de cuatro prototipos y donde se ha evaluado un total de ocho corderos, pero esperan que muy pronto, sea una realidad para bebés humanos en todo el mundo.
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