Ya sabemos los muchos beneficios que tiene la leche materna para la salud del bebé, pero esta va más allá de la etapa de la lactancia: también puede reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil.
Los niños con sobrepeso tienen un riesgo mayor de padecer problemas de salud, tales como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, asma y hasta trastornos de sueño. Sin contar los efectos psicológicos que conlleva la obesidad.
Además de los nutrientes que aporta la leche materna durante los primeros meses de vida del bebé, actualmente se han descubierto datos que revelan que la lactancia materna tiene efectos positivos a largo plazo, relacionados con las patologías antes mencionadas: un niño que recibe lactancia materna exclusiva tiene menos probabilidad de que sufra enfermedades relacionadas con la obesidad, tales como la diabetes y la hipertensión.
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Según estudios, al darle biberón a un bebé, salen más rápido las calorías que con la succión del pecho, lo que significa que con la lactancia el gasto calórico es menor.
En otros estudios se ha determinado que el comer de manera más acelerada aumenta la posibilidad de engordar que si se come de una forma más paulatina. El pecho de la madre le da al bebé un “ritmo” que permite al bebé alimentarse sin celeridad. Este control, por ende, no lo tienen los biberones.
Recuerda que la lactancia es el mejor medio para alimentar a tu bebé, y que sus beneficios también se reflejan a largo plazo.
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