Al estornudar, niños y adultos eliminamos los cuerpos extraños que han entrado en las vías aéreas. Así, el recién nacido durante los primeros días de vida estornuda, entre otras cosas, para expulsar el líquido amniótico que queda en sus pulmones.
El bebé estornuda cuando en el ambiente flotan elementos irritantes de las vías respiratorias como humo, pelo de perro o gato, ácaros u hongos. Después de las tomas también puede estornudar si se han colado algunas gotitas de leche en sus vías aéreas.
El hecho de que el peque estornude indica algo bueno: que su organismo funciona a la perfección. Ahora bien, los estornudos pueden ser un síntoma de catarro, así que si el pequeño tiene moquitos o fiebre, hay que llevarlo al pediatra para descartar una infección respiratoria.
Aunque los estornudos sean saludables, en casa conviene evitar los factores que los provocan: humo, polvo y humedad. Pero el aire extremadamente seco reseca y debilitas las vías respiratorias; en caso de que el grado de humedad sea inferior al 30 % (se mide con un higrómetro), se recomienda encender a ratos un humidificador de aire frío.
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