Es cierto que hay parejas disparejas, pero en la mayoría de los casos, los seres humanos elegimos a nuestra pareja físicamente parecida a nosotros. ¿Pero por qué sucede esto? La ciencia tiene la respuesta:
Siempre que conocemos a alguien que nos gusta, hay alguna característica física que nos llama en especial la atención: nos atrae su mirada, la nariz o incluso algún gesto como su sonrisa o hasta cómo frunce el ceño.
Según investigaciones de Robert Zajonc, psicólogo de la Universidad de Michigan, la razón principal por la que nos atrae una persona es porque nos reconocemos con ella gracias a ese tipo de gestos o características físicas. Es como si detrás de todo aquello hubiera una intención genética.
A este fenómeno se le llama “apareamiento selectivo”, cuya intención es buscar a una pareja que nos dé hijos parecidos a nosotros.
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El estudio de Robert Zanjoc fue el siguiente: le dio a un grupo de personas una serie de fotografías con rostros de personas parecidas fìsicamente a ellos y otras con rasgos diferentes. El objetivo era que eligieran a la que les pareciera más atractiva.
El resultado fue que las personas eligieron la foto que tenía mayor parecido con cada uno de ellos.
También cuando elegimos pareja, ocurre el fenómeno de “facilitación social": si conocemos a una persona que nos atrae mucho, empezamos a imitar su comportamiento o sus actitudes. Esto significa que esa persona especial nos gusta tanto, que es capaz de influir en nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta.
Y tú, ¿te pareces a tu pareja?
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