jueves, 22 de septiembre de 2016

¿Qué es una episiotomía en el parto?

En algunos centros médicos se sigue practicando la episiotomía. Esta intervención consiste en un pequeño corte en el perineo (es decir, entre la vagina y el recto) cuyo objetivo es ampliar la apertura vaginal durante el parto.

 

Existen 2 tipos de episiotomía: la medio central, que es vertical y continúa la apertura natural de la vulva. Es fácil de reparar pero hay mayor riesgo de que se extienda al área anal al salir el bebé; y la incisión medio lateral, donde se hace un ángulo para evitar laceraciones del esfínter, pero es más dolorosa y difícil de coser.

 

En muchos hospitales dejó de practicarse la episiotomía por diversas razones, entre las cuales están las siguientes:

 

Propensión a lesiones: si te practicaron una episiotomía en tu primer parto, es muy posible que sufras rasgaduras si tienes un segundo alumbramiento.

 

Recuperación más larga: las molestias son más acentuadas, además debes esperar más tiempo para reiniciar tu vida sexual.

 

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Provoca incontinencia: si la episiotomía es más profunda de lo normal, corre el riesgo de un desgarre del músculo del piso pélvico o el recto, situación que te provocará problemas para contener la orina o las heces fecales (según observaciones del American Congress of Obstetricians and Gynecologists).

 

No previene desgarres: a pesar de que la episiotomía se cose después del parto, varios estudios comprobaron que a pesar de esta precaución, una episiotomía no previene los desgarres, además de que hay mayor propensión a contraer infecciones.



¿Cuándo es necesaria una episiotomía?

 

A pesar de que no es recomendable practicarla, hay casos en que resulta necesaria:

 

-Cuando el pulso del bebé es muy débil y necesitan extraerlo rápidamente.

 

-El bebé es demasiado grande.

 

-El bebé tiene una posición complicada.

 

-Altas posibilidades de sufrir un desgarre extensivo.



La episiotomía se puede prevenir


Se recomienda hacer un masaje en el perineo. A partir de la semana 34 masajea el área con un lubricante hidrosoluble que sea muy humecante (de preferencia con vitamina E, aceite de almendras o de oliva) para que sea flexible y evites desgarres.

 

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