Actualmente, los medicamentos para el dolor se han convertido en la solución inmediata ante cualquier mal de los niños. Y no es tener una postura en contra de dar medicinas cuando es necesario, sino del abuso de éstas.
Es importante que los padres sepamos primero, que la automedicación no es buena en los niños, ni en los adultos, que hay formas naturales de controlar algún dolor o febrícula, que no debemos darles medicamentos por recomendación del vecino y no todos los malestares deben ser tratados con antibióticos.
Los antibióticos son medicamentos que combaten infecciones causadas por bacterias, pero no pueden combatir infecciones virales tales como los resfriados y la gripe. Y la consecuencia de darles antibiçoticos sin censura ocasiona resistencia a los antibióticos, que se está convirtiendo en un problema común en muchas partes del mundo debido a mal uso, cuando no se termina el tratamiento prescrito por el médico fundamentalmente, cuando no se toman las dosis puntualmente o se saltan algunas, o cuando se toman antibióticos de mala calidad.
Además, medicamentos antitérmicos, analgésicos, antitusivos y mucolíticos son los más utilizados y forman parte del botiquín que los padres mantienen en casa y en la mayoría de los casos no tienen una prescripción médica y los usan a diestra y siniestra.
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