Según el Dr. Scott Haltzman el si debemos o no confesar una infidelidad a nuestros hijos, se debe hacer de la mejor manera posible y para ello recomienda: "es verdad que los niños pueden resultar heridos descubriendo esta inconveniente verdad acerca de uno de sus padres. Idealmente, debemos evitar herir innecesariamente a nuestros hijos a toda costa. Pero el cónyuge infiel se equivoca al creer que el dolor causado por este tema ocurre sólo en el momento en que se le dice la verdad al niño. Pero no, el daño hecho al niño ocurre en el momento que esta persona eligió salirse del matrimonio para tener una relación emocional o física. Cuando ocurre algo así, uno engaña a la pareja y a la familia faltando al amor y al compromiso. Decirle al niño puede hacer que el niño vea a su padre como a alguien “malo” que se ha alejado de la familia, pero es, en última instancia, revela una verdad. Y si hay algo que las infidelidades nos enseñan, es lo devastadoras que las mentiras pueden ser".
La psicóloga Betty W. Phillips, indica que si decides contarles a tus hijos sobre la infidelidad, debes tratar de darles la menor información posible y no hables mal de tu pareja. Para ellos escuchar críticas de uno de sus padres hacia el otro puede dañar más autoestima. Lo más recomendable es que ambos platiquen con los niños de manera tranquila, para cualquier noticia que quieran compartirles, sobre todo si se trata de una infidelidad o separación. Un frente unido es tranquilizador para los niños, incluso cuando las noticias son malas.
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