martes, 11 de abril de 2017

7 acciones que te ayudarán a no gritarles a tus hijos

No nos cansamos de escuchar que no es bueno gritarle a los niños para reprenderlos y educarlos, pero ¿cómo lograrlo? Saber controlar las emociones negativas no es nada fácil, se requiere práctica y cierto conocimiento para reconocer cuándo es conveniente expresarlas ya que de lo contrario podemos lastimar gravemente la autoestima de los pequeños, haciéndolos niños inseguros y temerosos. Estos consejos te ayudarán a evitarlo:

 

Controla el tono de tu voz

Ok, ya reconociste que eres gritona y fácilmente subes el volumen de tu voz. hazlo consciente y cuando tengas que mostrar tu carácter o desaprobaciòn a algo, hazlo de forma pausada con el mismo volumen de voz pero que se note que no estás de acuerdo.

 

Tómate tu tiempo antes de gritar

Antes de gritar a la menor provocación, reflexiona sobre qué es lo que te está molestando.

Lo primero que debes hacer es identificar el problema y los instantes en los que pierdes el control, eso te ayudará a manejar tu ira y frustración.


Medita

El realizar técnicas de meditación, respirar profundamente, inhalar y exhalar, varias veces te hará que te tranquilices antes de explotar.

 

Cambia de actividad

Esto funciona muy bien con los niños para evitar berrinches, y también servirá contigo. Si sientes que estás a punto de gritar, cambia de tarea y distrae tu mente. A veces con alejarte un instante, cantar o pensar en otra cosa, salvará la situación.

 

Piensa en después...

Aunque crees que gritar te libera, eso es momentáneo ya que después llega el sentimiento de culpa. A veces el estrés, el cansancio, las responsabilidades, las dificultades económicas, entre muchas otras cosas, nos dañan la tranquilidad y por ello te vuelves más irritable y vulnerable. Piensa que con un giro liberas ese enojo, pero la culpa no se quita con nada.

 

Evita las situaciones que te descontrolan

Si sabes que la hora del baño es siempre una guerra o salir al super con los niños. Pide ayuda o planea algo para que ya no sea así, haz de esos momentos incómodos con tus hijos, un nuevo comienzo, mucho más positivo.

 

Escúchalos

Cuando estés a punto de perder el control, respira y escúchalos antes de regañar. No siempre funcionará pero muchas veces los hijos se sienten solos y esos comportamientos inapropiados son una forma de llamar la atención de los padres. Si se sienten escuchados, los berrinches y las pelas irán desapareciendo como por arte de magia.

 






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