La Epilepsia es una enfermedad neurológica crónica degenerativa, que afecta al 1% de la población mundial, es decir aproximadamente 50 millones de personas, según datos de la OMS. En México, tiene una prevalencia de 18 por 1000 habitantes, alrededor de 1.5 millones, es decir, el 2% de la población sufre esta enfermedad o 2 de cada 100 personas de los cuales 75 % inició su padecimiento en la infancia entre los 5 y 7 años.
Los padres debemos estar atentos en distinguir los síntomas de este padecimiento en nuestros hijos, ya que se ha visto que el 40% de los nuevos casos de la enfermedad, se detectan desde la infancia hasta los 15 años. Al hacer la detección a temprana edad, se puede ver una gran evolución en los pacientes y obedecen de una mejor forma al tratamiento.
En la Epilepsia infantil, las crisis en promedio empiezan a los 5 años, y hay muchos factores que pueden provocarlas, sin embargo, en 7 de cada 10 de los casos, no se reconoce la razón por la cual los pacientes presentan los síntomas. Pueden existir causantes como:
· Falta de oxigenación en el cerebro del bebé a la hora del parto
· Traumatismos craneoencefálicos
· Tumores cerebrales
· Encefalitis o meningitis
· Problemas del desarrollo cerebral en el embarazo
· Epilepsias en los familiares
Los principales tipos de crisis que presentan los niños son las crisis epilépticas focales y las generalizadas. Las primeras, que son la mitad de las crisis de la infancia, se distinguen por comenzar en una parte del cerebro y manifestarse con diferentes tipos de crisis, dependiendo de la región del cerebro donde se localiza el foco epiléptico. Puede manifestarse o no una pérdida del conocimiento. Y las crisis epilépticas generalizadas se caracterizan por empezar simultáneamente en todo el cerebro, siempre conllevan pérdida del conocimiento y se manifiestan con diversos tipos de crisis.
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