Cinco preocupaciones de embarazadas durante el primer trimestre

Probablemente desde el momento en que viste el ‘positivo’ en la prueba de embarazo, las dudas, miedos y preocupaciones comenzaron a aparecer, y es lo más probable es que estén durante todo el embarazo. Pero es algo normal y habitual entre la mayoría de las mujeres embarazadas.

 

A continuación, presentamos las preocupaciones más comunes durante el primer trimestre de gestación.

 

¿Estará todo bien?

 

En la mayoría de las ocasiones, desde la confirmación del embarazo mediante una prueba hasta el primer ultrasonido pueden pasar días, o incluso semanas, según cada caso.

 

Durante esos días de espera con mucha angustia y ansiedad: ¿Estaré realmente embarazada? ¿Todo estará bien? ¿Serán uno o dos bebés?

 

Miedo de perder al bebé

 

Una vez se ha confirmado el embarazo mediante un ultrasonido, el miedo a sufrir un aborto espontáneo es quizá una de las mayores preocupaciones que aparecen durante el primer trimestre. Pero si además, la mujer ha pasado por una experiencia similar el miedo puede volverse aún más fuerte y recurrente.

 

En la mayoría de las ocasiones, el aborto natural sucede sin una causa justificada por lo que se hace difícil evitar que ocurra.

 

 

Miedo a hacer daño al bebé

 

Esta es otra preocupación recurrente durante la gestación y que además comienza desde el primer momento en que aparen las dos líneas en la prueba de embarazo. Por lo que es normal preguntarse continuamente si estás haciendo algo que pueda estar perjudicándole.

 

¿Qué puedo comer?

 

Esta es otra de las preguntas que te preocupa y seguramente te la haces en varias ocasiones a lo largo de todo el embarazo, especialmente cuando comes fuera de casa.

 

Aunque lo normal es que en la primera visita al ginecólogo, el médico de recomendaciones para mantener una alimentación saludable y evitar algunos alimentos que podrían ser perjudiciales en esta etapa.

 

 

¿Me cambiará mucho el cuerpo?

 

A lo largo del embarazo el cuerpo de la mujer va cambiando y adaptándose a la nueva vida que crece en su interior: la pancita cambia, la piel se estira, las caderas se ensanchan, el ombligo puede cambiar de forma y los pechos también aumentan de tamaño. Aunque lógicamente cada cuerpo es un mundo, en la mayoría de las ocasiones los cambios suelen ser comunes y notables a casi todas las embarazadas.

 

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