sábado, 19 de mayo de 2018

Bebé murió por intentar nacer de parto natural y no cesárea

Todo comenzó en 2014, cuando una mujer embarazada acudió al hospital Ninewells, en Dundee, tras romperse la fuente en la semana 25. A partir de ese momento, un sin fin de negligencias médicas acabaron con la vida del bebé a causa de una decapitación durante el parto.

 

El parto vaginal que debió haber sido cesárea.

 

Cuando la mujer llegó al hospital después de que se le rompió la fuente de forma prematura, los médicos comprobaron que el latido del bebé era débil a causa de un prolapso del cordón y que, además, estaba en posición inadecuada.

 

 



 

La ginecóloga que la atendió, debió de realizar una cesárea de urgencia, sin embargo, decidió hacer un parto vaginal.

 

Según un diario, la ginecóloga obligó a la mujer a pujar cuando apenas estaba de 3-4 cm de dilatación, mientras que ella jalaba las piernas del bebé. Dicha maniobra de tracción provocó que la cabeza acabara desprendiéndose del tronco y quedando en el interior del cuerpo de la madre, a la que se le tuvo que practicar posteriormente una cesárea para extraerla.

 

"Me dijeron que tenía dos o tres centímetros de dilatación pero que tenía que empujar. No quisieron hacerme cesárea. La única analgesia que recibí fue un spray en mi lengua para aliviarme un poco el dolor”, relata la mamá.

 

"Los médicos metieron sus manos dentro de mí y otros empujaban sobre mi estómago apretando hacia abajo. Nadie me contaba lo que estaba ocurriendo"

 

"Después se acercó una enfermera y fue entonces cuando me dijo que mi bebé había fallecido. Al rato vino la doctora y sentándose al borde de mi cama me pidió perdón por lo que había ocurrido. Pero cuando supe la verdad de lo que había pasado comencé a gritar y a llorar. Porque mi bebé no había nacido muerto, lo habían decapitado."

 



 

"Se debería haber llevado a cabo una cesárea de urgencia. El bebé tenía latidos cardíacos, eran lentos, pero no estaba muerto. La doctora tomó la decisión de intentar un parto vaginal y esta fue la elección incorrecta. Nunca se debe optar por un parto vaginal en esta situación. Los bebés recién nacidos son frágiles, pero los prematuros lo son aún más, y tirar y retorcer sus pequeños cuerpos puede ocasionarles graves daños"

 

Este terrible desenlace hubiera cambiado si desde un principio con la práctica de cesárea de urgencia.

 

 



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