lunes, 10 de julio de 2017

Gracias a un ultrasonido de rutina, ¡descubren una anomalía y le salvan la vida a un bebé!

Los ultrasonidos llegaron para quedarse y se han vuelto la mejor herramienta para los médicos. Las ventajas de llevar un seguimiento puntual con este tipo de tecnología son muchos como determinar las razones de algún sangrado, ver el crecimiento del bebé, diagnosticar un problema congénito, determinar el sexo del bebé y si se trata de un parto gemelar, descubrir cualquier anormalidad con la placenta, evaluar la posición del feto para el momento del parto, medir la cantidad de líquido amniótico y muchas cosas más.

 

Pero para una mamá de Florida, el ultrasonido reveló un problema serio con su segundo bebé. El médico pudo ver que la bebé presentaba un hueco extraño en el estómago en semana 20. Así que la pequeña fue diagnosticada con hernia diafragmática congénita, una abertura anormal en el diafragma, el músculo entre el pecho y el abdomen que nos ayuda a respirar, por lo que lamentablemente los médicos les dieron el 50% de posibilidades de sobrevivir.

 

Este problema ocurre en uno de cada 2,200 nacimientos vivos y con una detección oportuna, mediante cirugía y tratamientos neonatales, la tasa de supervivencia puede ser de hasta el 80%. Afortunadamente, esta historia tuvo un final feliz, la pequeña fue operada y pudo estar con su familia.

 

¿Cómo saber si mi bebé lo padece?

Durante el embarazo, la mamá puede tener grandes cantidades de líquido amniótico por lo que un econograma fetal puede mostrar los contenidos abdominales de la cavidad torácica y se pueden descubrir movimientos irregulares del tórax, ruidos respiratorios ausentes del lado afectado y ruidos intestinales.

 




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