martes, 25 de julio de 2017

Raquitismo infantil, un problema que puede prevenirse desde el embarazo

 

El raquitismo es la enfermedad más común en los huesos durante el crecimiento y para prevenirlo, es necesario mantener una dieta con los niveles de nutrientes y de vitaminas adecuados durante el embarazo y el primer año de vida del bebé.

Existen diversas causas como la falta de vitamina D, calcio o fósforo, lo que ocasiona un reblandecimiento de los huesos y provocar su deformidad o fractura. También se puede da por desnutrición, genes, la falta de exposición solar, trastornos hepáticos, intolerancia a la lactosa o la dieta vegetariana también pueden incrementar las probabilidades de sufrir esta enfermedad.

 

Es importante saber que los bebés de entre 6 y 24 meses (período en el que los huesos crecen rápidamente) son los más afectados. Aunque en países desarrollados, el raquitismo tiene bajo impacto, ya que la nutrición y el seguimiento médico son más eficientes, algunos hábitos de vida como usar ropa que cubre casi la totalidad del cuerpo, el ocio en espacios cerrados, la poca actividad física al aire libre y la sobreprotección solar, es decir, el uso exagerado de protectores solares, pueden provocar la disminución de los niveles de vitamina D en la sangre, motivo por el que es común que los pediatras deban recetar suplementos vitamínicos a los niños.

 

Los niños con este padecimiento suelen quejarse de dolor, calambres y debilidad muscular, además de tener retraso en el crecimiento, en el desarrollo psicomotor y de la dentadura. También pueden sufrir deformidades craneales, óseas (piernas arqueadas, engrosamiento de la unión de las costillas con el esternón, etc.), y tienen una mayor tendencia a tener infecciones, una sudoración excesiva e incluso, convulsiones en casos muy avanzados y el tratamiento es mediante la administración de vitamina D por vía oral durante algunos meses, así como suplementos de calcio.

 




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