jueves, 20 de julio de 2017

10 consejos para lidiar con niños caprichosos a la hora de comer

A medida que van creciendo, los niños pequeños se vuelven más independientes y comienzan a tornarse más caprichosos en lo que respecta a los alimentos. Es muy común que empiecen a despreciar alimentos que les encantaban o que su apetito cambie drásticamente de un día para el otro. Después de los 2 años, el ritmo de crecimiento se reduce un poco, lo que por lo general redunda en una disminución del apetito y en torno a esta edad los niños empiezan a advertir que rehusarse a comer constituye un arma poderosa y una buena forma de llamar la atención.

 

Mantén la calma y no dejes que la hora de la comida se convierta en una batalla de voluntades. Cuando el niño advierte que te estás poniendo nerviosa, es muy probable que la situación se transforme en una batalla de voluntades, que lo único que logrará es que ambos se sientan descontentos y frustrados. Las amenazas y los castigos lo único que hacen es reforzar la lucha de poder.

 

Si tu hijo se rehúsa a comer cierta comida o cierto alimento en particular, simplemente retírale el plato sin más comentarios – pero no dejes que se llene con snacks o bebidas entre comidas.

 

Nunca utilices la comida como castigo, extorsión, premio o amenaza, porque eso puede generar problemas de alimentación en el futuro.

       

Los niños en su primera infancia tienen un estómago pequeño, con poca capacidad, así que asegúrate de que no se llene tomando demasiado líquido entre comidas. No le des bebidas, salvo agua, durante un plazo de una hora antes de las comidas. Durante las comidas no le ofrezcas bebidas hasta que haya terminado de comer.

 

Ten paciencia con los alimentos nuevos. Los niños suelen necesitar exposición reiterada a los alimentos nuevos antes de estar dispuestos a probarlos.

 

Trata de mantener una rutina. Sírvele las comidas y los snacks aproximadamente a la misma hora todos los días.

 

Minimiza las distracciones durante las comidas. Apaga el televisor y no permitas que haya libros o juguetes sobre la mesa.

 

No ofrezcas el postre como premio porque esto transmite el mensaje de que el postre es el mejor alimento, lo que sólo derivará en el incremento del deseo de dulces en el niño.

 

Es lógico que tenga preferencias a la hora de elegir los alimentos que más le gustan. Todos tenemos preferencias en relación con las comidas, así que no puedes esperar que a tu hijo le guste todo.

 

Ten en cuenta que los niños suelen adquirir malos hábitos alimenticios de otros miembros de su propia familia. Trata de evitar que los hermanos mayores muestren caprichos a la hora de comer porque los más pequeños suelen copiar la conducta de sus hermanos mayores y asegúrate de que tus propios hábitos alimenticios establezcan un buen ejemplo.

 

Para la mayor parte de los niños en su primera infancia las preferencias alimentarias son simplemente una fase pasajera. Si ves que tu hijo crece y tiene energía, probablemente esté bien. Consulta con tu pediatra si te preocupa que los caprichos relacionados con la alimentación puedan estar afectando el crecimiento y el desarrollo de tu hijo o si te parece que algunos alimentos afectan la salud de tu hijo.

 




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