El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un padecimiento neuropsiquiátrico que puede presentar en niños hasta adultos y los síntomas no sólo se dan a nivel personal, sino también social. Este trastorno provoca problemas en la conducción de las neuronas que viajan por el circuito fronto- cerebeloso, que va del cerebelo a la zona frontal del cerebro, donde las neuronas trasmiten informaciòn que permite tomar decisiones, es decir, planear, organizar, ejecutar y evaluar acciones. En el TDAH no hay un contacto adecuado.
Se estima que del total de niños que lo padecen, sólo el 10% están diagnosticados y el 8% cuenta con un tratamiento farmacológico. Y es un problema más común en niños, en una proporción de 3 o 4 niños por cada niña. Por otro lado, es uno de los trastornos psiquiátricos con mayor heredabilidad, es decir que los papás que lo padecen, lo trasmiten a sus hijos.
Lamentablemente, la falta de información de padres y maestros hace que sea tan difícil el diagnóstico, así como el miedo de los padres de tener un hijo con problemas psicológicos y por no creerlo, buscan otras causas. Pero lo que no saben es que no es un problema de la crianza, ni del modelo educativo. Los expertos comentan que “ni la crianza enferma, pero tampoco cura y tampoco tiene que ver con que no le brinden tiempo ni atención o problemas de violencia familiar, ni con la escuela"
Afortunadamente, en el 2015 expertos del Departamento de Neurología e imagen del HIMFG descubrieron que los medicamentos aminoran los síntomas y la conducción neuronal en el circuito fronto-cerebeloso. Así que la respuesta siempre está en un buen diagnóstico y tratamiento.
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