Durante el embarazo, hay enfermedades que pueden agravarse, tales como la hepatitis. Y existen diferentes tipos de hepatitis víricas que pueden afectar especialmente a las mujeres embarazadas.
Los síntomas más comunes de la hepatitis son dolor abdominal, fiebre, fatiga, náuseas, vómito, pérdida de peso, prurito y coloración amarillenta.
En general, hay dos tipos de hepatitis: la aguda, que puede comenzar y avanzar rápidamente; y la crónica, que es un malestar más paulatino pero prolongado. La hepatitis también puede conducir a problemas como insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
Te presentamos los distintos tipos de hepatitis vírica que se pueden presentar durante el embarazo:
Hepatitis A
Puede transmitirse por medio de alimentos y agua que puedan estar contaminados a través de heces con el virus. En la hepatitis A apenas se presentan síntomas, no tiene tratamientos específico y desaparece sin complicaciones.
No obstante, podría evolucionar a una hepatitis E durante el tercer trimestre del embarazo, que afectaría al bebé con una hepatitis aguda.
Hepatitis B
Se transmite a través del contacto de fluidos corporales contaminados, especialmente la sangre. Por tanto, la vía perinatal puede ser una forma de contagio de madre a hijo. Puede desaparecer sin complicaciones, pero en algunos casos puede evolucionar a hepatitis crónica.
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Hepatitis C
Se transmite de igual forma que la hepatitis B. Este virus tiene mayor posibilidad de desencadenar una hepatitis crónica. Si se manifiesta en el embarazo, se debe recurrir a un tratamiento especial para disminuir la carga viral para reducir el riesgo de contagio al bebé.
Hepatitis D
Este se presenta en personas portadoras de hepatitis B; es decir, que agrava las molestias y riesgos de este virus. Si se identifica el virus a tiempo, se pueden evitar la consecuencias de la hepatitis D.
Cómo prevenir la hepatitis
Las recomendaciones para evitar el contagio de la hepatitis son:
1.-Vacunación (con previa valoración médica)
2.-Seguir buenos hábitos de higiene
3.-Utilizar solamente agua limpia, tanto para tomar como para el aseo corporal (lavarse las manos con frecuencia).
4.-Evitar alimentos contaminados, especialmente si se come fuera de casa.
5.-Alimentos bien cocinados.
Cuidando tu salud, también procuras el sano desarrollo y bienestar de tu bebé.
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