¿Por qué los abuelos son cariñosos?

Es muy raro el abuelito o abuelita que no sea cariñoso y consentidor con sus nietos. Estos papás mayores los apapachan, les hacen de comer, juegan con ellos y hasta dan domingos aunque los pequeños se hayan portado mal. Pero la situación va más allá de un rol dentro de la familia: un estudio científico demuestra por qué los abuelitos son tan cariñosos con sus nietos.

 

Ternura genética

 

Dicen por ahí que “el papel de los abuelos es malcriar a los nietos”, pues como ya dijimos, ellos se encargan de mimar a los nietos si papá o mamá los regañó o les negó algo. Y a pesar de que los abuelos son personas muy sensatas (y en ocasiones, mucho más que los padres), los castigos los avientan por la ventana aunque estos sean justos. ¿Pero a qué se debe?

 

Es muy especial la relación que hay entre dos personas que se llevan 40, 50 o más de 60 años, una conexión que los investigadores de la Universidad de California no dudaron en estudiar, y para su sorpresa, descubrieron que tanto cariño se debe a un fallo genético.

 

Según el estudio, el ser humano, a diferencia de los animales, es el único que tiene la capacidad de dispensar cariño a sus hijos, y este cariño también se extiende a los nietos. Los padres tienen un periodo de vida en que se concentran en procurar todas las necesidades de sus hijos, pero como bien sabemos, esto no dura por siempre, y hay un momento en que los hijos se ven ya sin la protección parental.

 

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No obstante, los abuelos, que han pasado mucho tiempo sin cuidar a nadie, tienen demasiado tiempo para cuidar y consentir a personas que significan mucho para ellas: si los padres desocupan escenario, ellos ocupan ese lugar. Y esto ha ocurrido especialmente con los abuelos de las nuevas generaciones, cuya esperanza de vida es más extendida.

 

Aquellos abuelos que viven por más tiempo, generan una predisposición genética para cuidar a las nuevas generaciones. Los investigadores llamaron a este fenómeno como el gen CD33. Este gen, establece que los ancianos han evolucionado de tal forma que tienen una mejor salud mental, son menos dependientes y más dinámicos.

 

Estas características son muy notorias en los abuelos de ahora, que no dudan en cuidar a sus nietos, jugar con ellos, llevarlos de compras y hasta viajar. Eso no era común en generaciones anteriores.

 

Además, el estudio afirma que esta predisposición genética aumenta con el paso de las generaciones, lo que significa que nosotros seremos todavía más consentidores que nuestros abuelos o nuestros padres.

 

Así que hay que aprovechar a los abuelitos y consentirlos a ellos también.

 

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