Quién es más consentidor?

Como papá y mamá, es muy importante fomentar el amor de los hijos por nosotros. El llegar a casa y que nuestros pequeños nos reciban con un abrazo y un beso es como una vitamina que nos fortalece y nos quita todos los males.

 

Y así como nos encanta verlos sonreír, nos pone de malas verlos tristes o desilusionados, y en ocasiones movemos mar y tierra para incrementar su ánimo. No podemos negarlo: ¡Nos encanta verlos felices y consentirlos!

 

Sin embargo, ¿te has preguntado en quién es más fuerte esta tendencia, si en papá o mamá?

 

La realidad no depende tanto del género, sino de los factores que rodean a la familia: posiblemente, si papá trabaja mucho, sale de viaje y deja de ver a sus hijos por determinado tiempo, considere que debe compensar todo el tiempo perdido y regalarles algún detalle; en cambio, si es la mamá la que pasa la mayoría del tiempo con ellos, conoce sus travesuras y otros comportamientos, puede que no tenga tantas razones para consentir a sus hijos.

 

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Por otro lado, el padre o madre que esté más en contacto con su pequeño podría conocer mejor sus debilidades e inquietudes y darle ciertos permisos, como faltar a la escuela, o dejar de hacer alguna actividad casera.

 

Algo muy importante que deben considerar los padres, a pesar de las circunstancias que los rodeen, es estar de acuerdo acerca de cómo consentir a sus hijos: en muchas ocasiones, esta situación se presta para hacer una “competencia de cariño” entre los padres para ver a quién quieren más. Esto podría ocasionar que los niños se vuelvan caprichosos y busquen obtener cualquier cosa en el momento que deseen.

 

Consentir a los hijos no debe ser un signo de rivalidad: si alguno de sus hijos se ha portado mal, es importante comunicarlo oportunamente con la pareja y tener la misma postura. Si la mamá decide castigar y el papá premiar, eso no les traerá ningún beneficio como familia.

 

El cariño y el respeto de los niños se gana en conjunto, como un equipo que desea lo mejor para sus hijos. Siguiendo esta regla en tu familia, no sólo fomentarás amor, sino valores que tus hijos llevarán de por vida.

 

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