viernes, 22 de abril de 2016

Cómo encantar a los niños con la lectura

¿Por qué leerles a los niños?

Según diversas investigaciones, la lectura modifica el carácter, las emociones e incluso la personalidad. De este modo, quienes leen asiduamente captan mejor las emociones de otros y las hacen suyas con facilidad, favoreciendo el desarrollo de la empatía. Los niños expuestos a la lectura tienen mayor habilidad de ponerse en los zapatos de otros, sean estos personajes o personas reales.

La literatura infantil, además de suponer el primer contacto de la infancia con las creaciones literarias, constituye un excelente recurso a la hora de desarrollar su personalidad, creatividad, imaginación y juicio crítico.

La lectura nos pone en contacto con otros sentimientos, otras experiencias y otras vidas, lo que permite a los niños superar el individualismo y conectar con las intenciones, expectativas,  anhelos y frustraciones de otros.

Existen 3 principales formas, no excluyentes, de desarrollar hábitos lectores en nuestros niños y enriquecer su visión de mundo a través de las historias. Estas son:

 

Lectura desde el afectoLectura desde el afecto

La mayoría de nuestros recuerdos de la infancia se relacionan con el afecto y la diversión: en suma, con los buenos momentos. En los niños, el afecto se asocia con el bienestar. Debemos formar lectores desde el afecto para que la lectura sea un hábito que provoque y evoque esas sensaciones placenteras de la infancia en la edad adulta.

La lectura es, además, un momento especial, en donde se fortalece el vínculo afectivo con quienes la comparten. Es una ocasión cercana e íntima con los adultos significativos padres, donde madre (o padre) e hijo (o hija) disfrutan de algo común que los une, y la lectura se convierte en un lazo entre ambos que creará un contexto de bienestar para el niño.

 

Lectura por placerLectura por placer

Formar niños lectores no puede ser algo que ocurra como producto de la disciplina o una obligación, leer debe causar placer y estar asociado con sentimientos agradables para que se cree el hábito. Para eso es necesario familiarizar a los niños con los libros como algo con lo que pueden jugar desde pequeños, hojear, mirar, oler, tocar y manipular. Así, el libro se convierte en un objeto familiar. Un libro impecable es un libro que jamás se ha usado. Los niños van descubriendo lo que es ser lector al relacionarse los libros. Para un niño pequeño un libro es un juguete. No es necesario saber leer para ser un lector.

 

Ser modelos lectoresSer modelos lectores

Ser un modelo lector significa tener siempre un libro a mano. Demostrar interés por los libros. Demostrar interés por lo que los otros leen y considerar la lectura como otra forma de entretención. También significa reírse, llorar y sorprenderse con lo leído en voz alta y sin vergüenza. ¡Si somos padres lectores, tendremos hijos lectores!

Pero… ¿si no lo somos?

Juguemos con los cuentos. Sólo se necesita creatividad e imaginación. No siempre necesitamos un libro: la narración oral y la invención de historias crean en los niños la curiosidad por la ficción. Un cuento tiene personajes que se pueden convertir en títeres, historias que se pueden convertir en canciones, finales que pueden modificarse. ¿Y qué tal inventar una historia juntando personajes de distintos cuentos?

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